El patrimonio cultural de las comunidades indígenas lo integran su lengua, tradiciones, simbolismo, espiritualidad, concepciones de desarrollo, medios de vida, entre otros. Dentro de los medios de vida se destacan la prácticas agrícolas basadas en el aprovechamiento de la tierra de manera armónica; las huertas comunitarias hacen parte de esta práctica, se crean según lo indican los astros y los ancestros para satisfacer la necesidad de la familia, conservando las semillas nativas, transmitiendo por tradición oral estos saberes guardándolos en la memoria colectiva de cada pueblo.

 Esto destaca la importancia de la tenencia y soberanía sobre los territorios que garantice el acceso a los sitios sagrados, áreas comunitarias y ceremoniales, la conservación de las semillas y la medicina tradicional, organización social, que les permitan ejercer y mantener su soberanía alimentaria. 

Despensa de la Sierra tiene dentro de sus propósitos misionales trabajar por la recuperación de la memoria agroalimentaria del pueblo Arhuaco especialmente la asociada a la parte baja de la Sierra Nevada, la asociada al mar, donde una vez estuvieron nuestros ancestros cultivando. Es claro que el desplazamiento hacia la parte alta de la Sierra Nevada de Santa Marta generó una fractura de ese saber y hacer relacionado con los cultivos en la parte baja del territorio.  

Años después que los Arhuacos hemos podido volver a cultivar en la parte baja de la Sierra, a través de las llamadas zonas de recuperación Indígena, hemos entendido que ese conocimiento ancestral está en peligro de desaparecer, son pocos los conocimientos alrededor de estos ecosistemas, Por ello se ha creado “Swaka” a través de Despensa de la Sierra como centro de enseñanza para generar espacios de recuperación y co-creación en donde volvemos a la práctica ancestral, empleando para cultivos el 30% del predio y el 70% para preservar. Donde seguimos implementando los calendarios tradicionales y las épocas de siembra acordes con las fases de la luna y la cosecha en los solsticios, ya que simboliza que la luna otorga forma y tamaño y el sol condensa la semilla y la comida.

Son apenas algunas de las iniciativas desarrolladas, la creación de este espacio abre también la posibilidad de plasmar por medio de herramientas didácticas esas memoria agroalimentaria y agrícola de nuestra comunidad como una forma de transmitir y mantener el legado tradicional. Iniciamos este recorrido, con la esperanza de encontrar aliados, compartir ideales y trazar nuevos retos en comunidad.