La ironía de llamar «tradicional» a las mochilas tejidas en lana, El origen: Nabowa y las leyendas de las abuelas
“Ati Nabowa era una mujer muy sabia; conocía los secretos de la naturaleza y vivía en completa armonía con ella. Le gustaba observar con gran detenimiento el tejido del Yuru, la manera en que amontonaba ramas hasta formar sus magníficos nidos. Nabowa era una amante de la naturaleza y, por ello, pasaba sus días observando y aprendiendo de ella.
Cuenta la historia que un día, mientras reflexionaba en su cuarto, observó cómo una araña elaboraba su tela, los patrones que dibujaba con mucha dedicación. Mientras la observaba, decidió copiarlo. Algunas abuelas aseguran que Nabowa entrelazó los primeros hilos que se convirtieron en la primera mochila, utilizando hilos de oro. Otras, por otro lado, aseguran que, más bien, copiando a los yurus y a las arañas, usó los bejucos de los árboles, creando así la primera mochila. La dualidad en las versiones mantiene viva la leyenda de Nabowa y la evolución artesanal de las mochilas, que hoy llamamos «tradicionales», pero que en su origen estaban tejidas con la inspiración directa de la naturaleza.”
Así nos han relatado nuestras abuelas la historia del origen de la mochila. Además, en los relatos se menciona que los primeros materiales que utilizó fueron algodón, kanunka, siunka y bechu o fique. Poco a poco, fue perfeccionando la técnica y enseñando a los miembros de la comunidad la manera en que lo hacía. De este modo, dejó plasmadas ahí sus ideas, pensamientos, energía y sentimientos. La mochila, más allá de ser un simple objeto, se convirtió en un portador de la sabiduría de Nabowa y en un símbolo de la conexión entre la comunidad y la naturaleza.
“Cuando decimos mochilas o tutu suponemos que son las de fiques,algodón, las de bejucos”
La lana de oveja y la mochila arhuaca
La lana de oveja, extraída del vellón de estos animales, representa una fibra natural que ha sido tejida desde tiempos antiguos. Fue una de las primeras fibras de origen animal que se incorporaron al arte del tejido. La introducción de ovejas a nuestro país coincidió con la llegada de los primeros conquistadores, marcando así la introducción de nuevas prácticas asociadas a este animal.
El tejido con lana de oveja es una práctica extendida en diversas partes del mundo, utilizándose para confeccionar abrigos, tapetes, bufandas, entre otros productos. Con la llegada de estos animales a nuestros territorios, la lana fue acogida y las mochilas, que hasta ese momento se elaboraban principalmente con fibras vegetales como el fique, experimentaron un cambio al empezar a confeccionarse con lana. Este cambio no solo representó una adaptación a nuevos materiales, sino también una integración de nuevas técnicas y estilos en la artesanía de las mochilas, fusionando las tradiciones preexistentes con las influencias introducidas por la presencia de las ovejas.
La ironía de llamar «tradicional» a las mochilas tejidas en lana:La mochila de Lana
La lana de oveja ha sido utilizada desde entonces para la elaboración de las mochilas arhuacas, desplazando otros materiales como el algodón o el fique. Sin embargo, al cuestionarnos sobre si una mochila elaborada en lana puede considerarse tradicional, la respuesta puede variar. Es importante recalcar que lo tradicional de estas prendas se aleja por completo del material en sí; lo tradicional radica en la simbología y en las manos que las elaboran. Cada punto en el tejido representa nuestra cultura, pensamiento y cosmogonía, siendo un fiel reflejo de nuestra tradición. La esencia de la mochila arhuaca trasciende el tipo de fibra utilizada, arraigándose profundamente en la habilidad artesanal y en el significado cultural que estas prendas llevan consigo.
“La mochila arhuaca va más allá de ser simplemente un material; está intrínsecamente ligada a nosotras, las mujeres iku. Es la representación palpable de nuestras vivencias, y son nuestras manos y pensamientos las que transforman esos hilos en tradición y cultura. A lo largo del tiempo, estas mochilas se han convertido en nuestras maestras, siendo nuestras puntadas nuestra forma de enseñar y de vivir. Cada hilo entrelazado cuenta una historia, llevando consigo no solo la habilidad artesanal, sino también el legado de generaciones anteriores. La mochila arhuaca es, por ende, un vínculo tangible con nuestra identidad y una expresión viva de nuestra herencia cultural.” Sama
Hemos evidenciado que, aunque la lana no sea un material propio de nuestra comunidad, nos ha acompañado a lo largo de muchos años y se ha vinculado a nuestras prácticas ancestrales. Sin embargo, también hemos dejado claro que, al hablar de mochilas, el concepto de tradición se aleja por completo del material en que se elabora.
Las mochilas son tradicionales y forman parte intrínseca de nuestro ser. La mochila trasciende la categoría de una simple prenda o material; es cultura, es tradición. Cada hilo entrelazado, cada punto tejido representa más que un simple adorno, encapsula la riqueza de nuestra historia, nuestro pensamiento y nuestra identidad cultural.
La mochila, en su esencia, es portadora de la herencia de nuestra comunidad y un símbolo perdurable de nuestra conexión con la tradición.
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